En 1997, Dora Maar murió sola en su apartamento de París.
Sesenta, años antes, en 1937, documentaba con su cámara fotográfica el proceso creativo del gran mural de Pablo Picasso, Guernica, un encargo del gobierno español de la República para la Exposición Internacional de París de ese mismo año.
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Documentación de Guernica, 1937 |
Además, se convirtió en modelo de algunas de las figuras dolientes femeninas que aparecen en el cuadro. Esas que dieron título a una serie de pinturas de Picasso cuyo título recogía la acción "Mujer gritando", "Mujer llorando" y cuyos rostros se formaban a base de líneas angulosas y puntiagudas, lo que proporcionaba, además, la dimensión simbólica al rostro. El rostro de dolor destructivo y chirriante, un grito mudo que se expresa mediante los detalles amarillos y las afiladas uñas rojas, tan características de la mujer surrealista, tanto como Dora Maar.
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Picasso: Mujer que llora, 1937 |
Precisamente el color rojo y su identificación con la sangre y lo sexual fue la llamada de atención. Un año antes, en 1936, en una mesa del café Les Deux Magots, Dora jugaba con su mano y una navaja. Consistía en dejar extendida la mano sobre la mesa mientras que la hoja de la navaja saltaba sus dedos todo lo rápido posible. Al espectáculo surrealista, se unió la mirada de Picasso que, fascinado por las gotas de sangre que quedaban impregnadas en sus guantes, le pidió la prenda y una cita. Dora aceptó y algunos dicen que con tal gesto acaba de concederle su ser entero. Comenzó, así, una relación de siete años no sólo sentimental, sino también intelectual.
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Man Ray: Picasso y Dora, 1937 |
La única que Picasso tuvo con una amante, pues la diferencia de Dora con el resto era su formación artística e intelectual: estudió en la Academia de André Lothe donde conoció y compartió clase con Henri Cartier Bresson. Continuó sus estudios de fotografía en École de Photographie de la Ville de París y se movía por los círculos vanguardistas por sí misma, con André Breton, Paul Eluard, Man Ray y Brassaï y con el único aval de su formación, su talento y vocación artista.
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Dora Maar: Picasso, 1936 |
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Dora Maar: Retrato doble, 1930 |
Ella era fotógrafa de la misma manera que Picasso y otros eran pintores. Participaba de la técnica y aplicaba los procedimientos surrealistas a sus fotografías igual que Cartier Breson, Man Ray o Dalí en la pintura, a quien este Retrato Doble de 1930 tanto recuerda las famosas "dobles imágenes", como la Metamorfosis de Narciso pintada por Dalí, años después, en 1936.
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Dalí: Metamorfosis de Narciso, 1936. |
No obstante, la historiografia suele incurrir en el mismo pecado: el olvido de mujeres con "profesiones de hombres". Así, el trabajo fotográfico de Dora Maar aparece en muchos momentos ensombrecido por una circunstancia vital puntual como fue su relación sentimental con Picasso. Sin embargo, afortunadamente, desde hace unos años su figura y su obra se ha reivindicado "sin Picasso" mediante estudios biográficos que se centran únicamente en sí misma: Dora Maar: con o sin Picasso, Mary Ann Caws (2000), Dora Maar. Más allá de Picasso, Victoria Combalía (2013) o el documental Dora Maar a pesar de Picasso, dirigido por Alejandro Lasala y documentado por Victoria Combalía (2015).
Ella era también muy consciente de la sombra del genio: «Necesito construir un halo de misterio entorno a mí porque todavía soy demasiado conocida como mujer de Pablo». En realidad, nunca hubiera necesitado a Picasso más allá de una influyente y enriquecedora relación artística profesional.
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Dora Maar: sin título, 1934 |
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Dora Maar: Los ojos, 1932 |
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Dora Maar: Sueño, 1935 |
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Dora Maar: Assia, 1934
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