martes, 10 de enero de 2012

Aleksandr Deineka














Con ese nombre tiene que ser ruso... no hay duda. De la ciudad de Kursk, en los confines occidentales de Rusia, y a más de 500 kilómetros de Moscú. Deineka nace el 20 de mayo (según el calendario gregoriano que entró en vigor en el país soviético en 1918) del año 1899. 
Hay una buena muestra de él, de su contexto histórico y de sus colegas rusos, más conocidos, en la Fundación Juan March. Es una prueba de que en la periferia hay gratas sorpresas y de que durante mucho tiempo, entre los nombres que venían a Occidente, no estaba el suyo por ser uno de los artistas autorizados dentro del sistema estalinista. 


En los años 20 las naciones volvieron al orden. Arte como propaganda de un país, mostrando su seña de identidad y su poderío ante el mundo. 
Los carteles rusos no distan en intención al arte de cualquier régimen totalitario que se estaba fraguando en los 20's: Alemania e Italia.  Las imágenes que  nos muestran tienen la intención de unificar sentimientos, ideas y crear estereotipos mediante dos vías: la del trabajo en las fábricas y la del deporte.  En la primera hay pocos hombres que desempeñen labores, son fundamentalmente mujeres cuyos rostros expresan orgullo como si estuvieran pensando en la frase "el trabajo dignifica", y cuya anatomía es fuerte y robusta, comparable a las estatuas clásicas: imperecederas.  En la segunda vía, la del deporte, se muestra a esos atletas incansables y de salud de hierro. Su corpulenta fisonomía provoca admiración. 
Es obligatorio preguntarse: ¿Es esto el Realismo Socialista?, ¿todos los jóvenes rusos eran atletas de élite y todas las mujeres iban de buen humor a trabajar?, ¿seguro que las fábricas tenían buenas condiciones?. 
Sin duda es una imagen de ficción. La imagen de una nación que anhelaba superar a las potencias europeas y que creía (como todas) que en la máquina y los avances científicos estaba el progreso. Prueba de ello es la importancia de la electricidad: Deineka ilustró el cuento El electricista y pintó la inauguración de una central hidroeléctrica en los años 50's, obra que se puede ver en la muestra. Para insistir más en la importancia de este avance, el propio Lenin dijo: "el comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país". Las ideas triunfan cuando se interiorizan, y los gobernantes de las ciudades de masas lo sabían. 




Llaman la atención tres pinturas que hizo cuando viajó a Estados Unidos: parece el padre de Edward Hopper. ¡Cómo supo captar también la identidad del pueblo estadounidense con esa vista de una carretera! Estados Unidos es el país de las grandes distancias y para eso hay que desplazarse; la cultura del asfalto que ellos tienen es chocante en Europa.








 Al ver eso, piensas: si un ruso pudo hacer suyo un concepto tan norteamericano... ¿qué sentido tuvo la Guerra Fría? y al salir de la exposición afirmas: "La Tierra es la que nos hace, ¿Cómo va a ser igual un ruso que un cubano?" Las condiciones climáticas definen a los pueblos.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. El otro comentario era mío, por problemas se borró.. Más o menos ponía:
    Ya conocía a este pinto, un tipo muy grande.. Pero gracias al texto que has adjuntado lo veo con otros ojos.. Ojos más criticos quiza, pero con más admiración.
    Muy bueno.

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