Después de ver y ver (y sigo viendo) exposiciones, he llegado a la conclusión de que no sabemos mirar. Después de oir los comentarios de los visitantes, me he dado cuenta de que nadie nos ha enseñado a mirar. Está implícito en nuestra cultural dar por supuesto que el ojo es el sentido que prima sobre el resto y sin embargo, qué poco educado le tenemos... No le exigimos nada: ve o mira, pasa la información por el cerebro y habla a base de impulsos. Eso no puede ser, hay que mirar más allá...¿o es que lo que no se ve, no existe?. Acostumbrar al ojo a mirar no es tarea fácil: es hacerle pensar y preguntarle por lo que está viendo. Claro, eso supone mantener los sentidos abiertos y la voluntad de aprender siempre dispuesta. Y teniendo en cuenta que no nos enseñan ni en la educación primaria, ni secundaria, ni en el bachillerato, ni en la carrera... pues la verdad, es que después de tantos años siendo ignorantes en el ojo... es un verdadero reto comenzar a ser alumno autodidacta de educación visual.
No hay que desesperar... porque de forma natural llegará el momento que nos haga replantearnos lo que estamos viendo. Y si no, pues se hace un hábito, que es algo artificial (como tantas cosas que nos hacemos en el cuerpo) y que está también muy de moda. Igual que una dieta o un propósito de esos que apuntamos en la agenda con el nuevo año.
Propongo que por el bien del arte, de la sociedad y de nosotros mismo el propósito de este 2012 sea aprender a mirar. Un consejo: leer La Historia del Arte de Ernst Gombrich. En la introducción reflexiona a cerca de la exigencia que tenemos sobre el arte y los artistas para que su trabajo se adapte al modelo real, mientras que asumimos, toleramos e incluso, admiramos ciertos dibujos como el del ratón Mickey Mouse.
¿Desde cuando un roedor viste pantalones, guantes y zapatos?
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