martes, 14 de febrero de 2012

Fdo: Ulpiano Checa



Ulpiano Checa ( 1860- 1916) no es ni un un nombre común ni un hombre que aparezca en los manuales de arte. Parace más bien de "segunda" hasta descubres su museo municipal en su pueblo natal: Colmenar de Oreja, en Madrid. 






Esta dos obras: Los últimos días de Pompeya (medalla de oro en la Exposición Universal de Parísde 1900) y La Ninfa Egeria dicta a Numa Pompilio las leyes de Roma son sólo dos ejemplos del más de centenar de obras que el museo municipal guarda. La luz y el movimiento del primero es algo sobrecogedor, realmente son los últimos días de una ciudad, cuando el caos reina y las bocas se abren para representar ese pathos y mostrar el drama: la acción que provoca la luz de los cuerpos, porque son éstos los que se convierten en foco.


Así son las figuras de este pintor: focos de luz incandescente, les sale de dentro a fuera con tal fuerza que las caras se tornan casi transparantes y recuerdan a la bellísima obra de Jean Broc La muerte de Jacinto. 


Hay otra obra, un retrato de sus hijos en los que se 
aprecia, por un lado la sutil y delicada piel 
y por otro, la potencia de esos cuerpos que, 
a modo de faro, nunca dejarán de irradiar luz. 


En el museo encontramos seis salas, cada una dedicada a un mundo: la sala 1 a Colmenar de Oreja; la sala 2 a Roma; la sala 3 a América; la sala 4 a África; la sala 5 a España y la sala 6 a Francia. 


Quizá por la influencia de ésta última debido a  los años que allí estudió y, finalmente, se asentó, Ulpiano Checa es todavía un semi desconocido en España a pesar de que hay obra suya en los museos españoles como El Prado, el Thyssen, en el Museo de Bellas Artes de Asturias o el Museo Municipal de Madrid. 


En 1890 se casó con Matilde Chayé, una mujer francesa que contribuyó a que definitivamente su residencia se instalara en París y Bagnéses de Bigorre, aunque antes de eso, en 1889 recibió una medalla en la Exposición Universal de París. Y antes, en 1884, viajó a Roma con una plaza de pensionado que le permitió ver de cerca el mundo clásico y realizar dos de sus obras más importantes (una de ellas citada en el segundo párrafo) La Ninfa Egeria dictando las leyes a Numa Pompilio y La invasión de los bárbaros, cuyo lienzo le permitió ganar la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1887. 


Es curioso fijarse en los caballos de esta invasión: tienen las cuatro patas extendidas, igual que los del romántico francés Géricault en Carrera de caballos en Epsom. ¿No es sorprendente? Absolutamente, ya que no es el movimiento real de estos animales cuando corren, si no un engaño visual para dar la sensación de movimiento.  Esto significa: que los caballos no están bien dibujados. Sin embargo: ¿alguien se lo plantea y rechaza la obra por no adaptarse a la realidad? No... porque es una obra clásica, que cuenta un hecho histórico y el resto se asume de forma natural cuando ese elemento no deja de ser artificio, como muchas de las obras que se hacen hoy día y son clasificada por los profanos de "no arte". 
Así sería el movimiento real de un caballo a galope: 


Eadweard Muybridge es el autor del famoso "experimento del caballo". 
De Roma es inevitable pasar por el alto este bellísimo retrato de una muchacha sentada sobre el frío mármol de los emblemáticos edificios de aquella civilización. Además, ayuda muy mucho a intimar con la pintura el hecho de que esté colocada al inicio de la sala de paredes negras y luz apagada que muestra escenas de la película Ben Hur, de forma que le da la luz directa y propia de su foco pero a la vez se aprecia la penumbra que se abre paso un metro más al fondo. 






 Ulpiano Checa puso la mirada, naturalmente, en España. Primero en su localidad para la que hizo los estudios de los dos grandes fresco que se conservan en la iglesia de Santa María la Mayor: La Anunciación y La presentación de la Virgen a ambos lados del altar mayor.





















Son unas imágenes muy cuidadas y que nos trasladan a esa Antigüedad  a través de los escenarios clásicos en los que se presentan momentos de la vida de la Virgen que no transcurrieron en Roma sino en Judea ( una provincia romana; actualmente Israel). 


De España hay más testimonios, muchos de ellos pueden confundirse con su coetáneo Sorolla y su imagen de la "España blanca", la del levante y la del resto de regiones de la península. Los personajes pintorescos que habitaban nuestro país, ya se presentan de forma inconfundible. ¿Quién no reconoce a "las manolas"? Esas mujeres morenas de mirada penetrante y de gran coraje; ese estereotipo de mujer fatal española que se asemeja a la femme fatal de los postimpresionistas franceses y los simbolistas y que, en España, ya se fraguó durante la Guerra de la Independencia. 







De los trabajos en América, que guarda la sala 3, está 
el retrato ecuestre que hizo al  Presidente de la República Argentina,
el general Mitre en uno de sus dos viajes a este país. ( En la foto en b/n, en el museo en color). 


Sus viajes no quedaron ahí, estuvo en varias ocasiones en varias ocasiones en el norte de África, de donde se trae el orientalismo que ya importó Delacroix, en sus famosas "Mujeres de Argel" , por ejemplo. 







El hecho de ser casi casi un francés, le permitió estar muy al tanto de los movimientos culturales que latían en París. Participó en los Salones Oficiales y en las Exposiciones Universales, para la de París de 1900 hizo varios carteles publicitarios, uno de ellos es este:
                                                                           
                                                                     

Lo decía al principio, Ulpiano Checa no es ni un nombre común ni un hombre que aparezca en los manuales de arte. Es una de esas figuras del arte que pasan, en principio, desapercibidas pero que están en la línea de lo que se hacía y no con una calidad menor. Encarna el concepto de artista de finales de siglo XIX, un hombre formado, viajado y de prestigio internacional, como dice la placa conmemorativa de la casa donde nació, Colmenar de Oreja. 



lunes, 13 de febrero de 2012

Por un lado Van Dyck; por el otro Cupido y Psique

Entre tanta revelación, hallazgo, atribución y desatribución... me pusieron en la pista de un Van Dyck que se presentará como una de las joyas de la exposición sobre este artista flamenco que está preparando el Museo de El Prado. 
Bien, hace unos días leí la noticia en hoyesarte.com: el Instituto de Patrimonio Nacional ha terminado la restauración de "Cristo y la mujer adúltera" una obra cuya autoría se ha corroborado que es de Van Dyck después de los análisis técnicos y que realizó durante en 1621 durante su estancia en Italia. 




En el programa Desde el Tejado de la Cope, ya lo comentamos y, esta madrugada, cerraremos el capítulo con esta noticia y abriremos otro: Cupido y Psique en el arte. Esta es su historia:



                          

                             

viernes, 3 de febrero de 2012

Más sobre Mona Lisa


Hace dos días, la autoría de la copia "in streaming" de La Gioconda era para uno de los discípulos italianos de Leonardo, es decir, Francisco Melzi. Ahora, lo último que nos llega es que según expertos, italianos, en el maestro renacentista, no es posible que el autor se Melzi o Salaí porque eran demasiado jóvenes para estar con Da Vinci en el taller durante los primeros años de 1500. Sin embargo, hay un documento de 1505 en el que se dice que Leonardo contaba con discípulos para realizar el gran mural ( y perdido) del Palacio Vecchio de Florencia, "La batalla de Anghiari" y entre ellos, se encontraba "Ferrando Spagnolo, pittore". Identificado con Fernando Yáñez, un pintor renacentista español cuya figura ha sido ensombrecida por el paso del tiempo...


En cualquier caso, tendremos que estar atentos a más "revelaciones"  de la reflectograía infrarroja de la copia del Museo del Prado. Me quedo con las palabras de Calvo Serraller en un artículo de El País, en relación a la Mona Lisa "española": "...todas estas vicisitudes recalcan que el pasado es algo que hay que descubrir constantemente y que todos sus tesoros ocultos solo se revelan a quienes le prestan la debida atención."

miércoles, 1 de febrero de 2012

Con Leonardo todo es sorpresa, noticia y éxito



Al conocer la noticia, inmediatamente he pensado, este día pasará a la Historiografía del Arte como el "Día Mundial en el que el Museo de El Prado descubrió una copia de la Gioconda coetánea a la original". 
http://www.hoyesarte.com/museos-de-arte/protagonistas/11024-el-prado-descubre-una-copia-de-la-gioconda.html


Sin duda, es una gran descubrimiento para el arte pero es aún más, un logro para los investigadores que han estado trabajando en esta obra de arte. ¡Enhorabuena por su dedicación y aportación al progreso del arte!


Siempre he sabido de la magnitud que pueden alcanzar los asuntos relacionados con Da Vinci, sus exposiciones son un éxito porque no sólo atraen a un público especializado sino también a los profanos en arte: es una figura polifacética muy apetecible para el visitante. Personalmente, hace poco descubrí otro gusto y destreza del maestro del Renacimiento: la cocina. 


Su Codex Romanoff es una recopilación de recetas y "electrodomésticos" de la época que reflejan la cultura culinaria y el protocolo que se seguía en los palacios de los gobernadores italianos. En concreto, Leonardo habla de la corte de Ludovico Sforza en Milán. Aquí va uno de los pasajes más interesantes e insólitos en cuanto a costumbres del siglo XVI en la mesa...


  De los modales en la mesa de mi señor Ludovico y sus invitados:  La costumbre de mi señor de amarrar conejos adornados con cintas a las sillas de los convidados a su mesa, de manera que puedan limpiarse las manos impregnadas de grasa sobre los lomos de las bestias, se me antoja impropia del tiempo y la época que vivimos. Además, cuando se recogen las bestias tras el banquete y se llevan al lavadero, su hedor impregna las demás ropas con las que se los lava.  Tampoco apruebo la costumbre de mi señor de limpiar su cuchillo en los faldones de sus vecinos de mesa. ¿Por qué no puede, como las demás personas de su corte, limpiarlo en el mantel dispuesto con ese propósito? 


Estamos de acuerdo con él, esos modales son impropios. Sin embargo, por lo que nos cuenta a continuación en otro texto del Codex Romanoff , esas maneras debían de ser habituales porque ojo a todas las restrinciones que debe poner: 


   De las conductas indecorosas en la mesa de mi señor:  Estos son hábitos indecorosos que un invitado a la mesa de mi señor no debe cultivar ( y baso esta relación en mis observaciones de aquellos que frecuentaron la mesa de mi señor durante el pasado año):  Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado. Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa. Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento. No debe poner la cabeza sobre el plato para comer. No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento. No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.  No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa. Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa. No ha de limpiar su armadura en la mesa. No ha de tomar la comida de la mesa y ponerla en su bolso o faltriquera para comerla más tarde. No ha de morder la fruta mordida a esa misma fuente. No ha de escupir frente a él. Ni tampoco de lado. No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa. No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos. No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles. NO ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando. No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa ( a menos que mi señor así lo pida). Noha de dejar sueltas sus aves en la mesa. Ni tampoco serpientes ni escarabajos. No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa ( a menos que mi señor así lo requiera) . No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama. No ha de conspirar en la mesa ( a menos que lo haga con mi señor). No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos. Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa. No ha de golpear a los sirvientes ( a menos que sea en defensa propia). Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa. 


   Estos son algunos ejemplos de lo que podemos encontrar en este tratado, por supuesto, hay recetas: 
  •     Sopa de almendras: Habéis de hervir algunos nabos tiernos en una mamita en la que habréis puesto la cabeza cocida de una oveja; a continuación, aplastadlos con sal, pimienta y semillas de comino; mezclad con ellos un huevo para ligar esta mezcla y con ella formad bolas y otras formas que cubriréis con migas de pan; en el centro de cada una de estas bolas y formas colocaréis un testículo tierno de cordero cocido. Pondréis todo ello en la marmita con aceite hasta que observéis que se torna duro y de color marrón, y entonces lo serviréis. No conozco la razón por la que este renombrado plato de Milán es conocido como sopa de almendras. 
    
 ¿Y qué podemos decir después de esto? 
Que Leonardo Da Vinci era un visionario, un hombre
con una gran inteligencia e ingenio y con cualidades
destreza en prácticamente todas las áreas. (Hizo algún diseño para bolsos de mano).
Un inventor, una figura que nos dejó el Renacimiento y que, últimamente, la estamos explotando hasta el infinito. 
Si no estás a la última en Leonardo, eres un inculto. 

Por cierto, Da Vinci está expuesto en una de las Salas de Arte del Canal en Madrid; ahora compartiendo protagonismo con los grabados de mujeres de Picasso.