miércoles, 25 de enero de 2012

Emergente



Lectura congelada de Baudelaire, 2011. Tiene su origen en la exposición que acoge el CaixaForum de Madrid: Delacroix (1798-1863). Es la pervivencia del Romanticismo en el mundo actual y el contraste entre “rellenar” la cartilla de muestras vistas este año y el gusto por el conocimiento de un siglo altamente productivo: el siglo XIX. Quien se acomoda o, prácticamente, se tumba sobre el sofá morado que hay en frente de la librería del CaixaForum es casi una musa del surrealismo, con uñas rojas y abrigo de piel, que está leyendo Delacroix escrito por Charles Baudelaire. Se trata de un homenaje que el poeta hace al pintor más envolvente de su tiempo. El binomio “Baudelaire-Delacroix” que aparece en la contraportada del libro hace referencia a la conexión de las artes y a la admiración de los artistas entre sí. 

El espectador se siente  abrumado ante el contenido literario de las obras de Delacroix. Lord Byron, la moda, la situación política o el gusto de la época están presenten, palpitan a nuestro alrededor y nos conducen a la lectura congelada: un momento de ensimismamiento para comprender y reflexionar sobre las obras de arte que el visitante ha visto.




Turno de noche:  2012  es una vista determinada de una ciudad determinada: Madrid. Nuestra relación con la ciudad depende tanto de la luz solar como de la luz lunar. De una forma natural, nos acercamos e interactuamos con las grandes urbes, las recorremos a pie, en transporte público o con nuestro propio coche, moto y, últimamente, mucha bicicleta, que está más acorde con la sostenibilidad del medio ambiente y la filosofía “slow” , que va ganando terreno a la vorágine de la ciudad.  La vista  y el recuerdo de la metrópoli están condicionados al punto de vista o al lugar geográfico en el que nos encontremos, de la misma forma varían los sentimientos que tenemos hacía ella.
Cuando estamos dentro, la ciudad puede convertirse en una cárcel de cielo gris, edificios altos, tráfico de personas y laberinto de turistas; cuando estamos fuera, la ciudad se convierte en deseo: un día lo tuve, lo perdí y ahora lo quiero. Es el momento en el que entran en juego los héroes como Ulises, que abandona Ítaca por su deber con la guerra y después de 10 años de Odisea la anhela más que nunca. Los héroes y las heroínas actuales se han visto, en ocasiones, obligados a reemplazar el centro de la ciudad por la periferia, incluso, a veces, por ciudades dormitorios o pueblos.  Desde allí acuden a diario al trabajo; el medio de vida está en la ciudad de edificios imponentes y emblemáticos que se levantan al fondo. Desprenden luz y humo, que se mezclan en el horizonte creando una línea a modo de meta: welcome back to the city.


jueves, 19 de enero de 2012

London. David Hockney RA: A Bigger Picture.

Durante estos días, al consultar las secciones de cultura de los medios de comunicación generalistas o los apartados dedicados a las exposiciones de los medios de comunicación especializados en arte, es inevitable no encontrarse con David Hockney.
Empezó el año sembrando conflicto, quizá como parte de una estrategia de difusión propia puesto que la Royal Academy de Londres acoge, a partir del sábado 21, una exposición titulada David Hockney: el gran cuadro, que viajará al Guggemheim de Bilbao a partir del 15 de mayo.





¿Cuál es el gran cuadro? Es lógico y natural que una institución tan prestigiosa como la Royal Academy rinda homenaje a unos de los artistas del Brithis Pop Art  (y vivo) más importante del arte de la segunda mitad del siglo XX. Es uno de esos padres del arte contemporáneo que abrieron caminos a las nuevas generaciones de artistas (seguro que algo así se destacará en su obituario).
¿Cuál es el gran cuadro? Entre las obras que se presentan, están los paisajes que Hockney ha realizado sucumbido por las posibilidades de "Brushes", una aplicación de iPad dirigida a pintores o aficionados. Está claro que las grandes superficies de color acrílico de los 50's y 60's ya dejaron constancia de por dónde iba e iría el trabajo de este artista: desmarcado de la tradición en todo los ámbitos.



A bigger splash, 1967

¿Cuál es el gran cuadro? No hay que quitarle mérito: David Hockney nació en 1937 y controla las nuevas tecnologías mejor que algunos jóvenes, en especial los "juguetitos" de Apple. La contrapartida es que la crítica ha recibido este último trabajo con frialdad... Es lo normal cuando la tecnología se mete en el arte: se deshumaniza. En el caso de la pintura, se anula su dimensión sensorial: las grandes superficies planas de color no evocan recuerdos ni producen sentimientos, por eso fue la solución para algunos movimientos plásticos de la época de entreguerras, el más elocuente fue el Neoplasticismo del que nació la Abstracción Geométrica de Mondrian. 
¿Cuál es el gran cuadro? Visto lo visto, me cuesta entender el ataque a Damien Hirst por tener un taller de artistas que le ayudan a realizar las obras... Bien, a su favor hay que decir que utilizar una aplicación de iPad no es una ayuda, es un medio o una forma para crear pero, en cualquier caso, se aleja del concepto de artista-artesano-demiurgo, por lo tanto ¿dónde está la crítica?, ¿por qué se desprestigia al trabajo de un artista que se ayuda de un taller?.

¿Cuál es el gran cuadro? Será por las dimensiones, no por el contenido, la reflexión o la aportación al panorama cultural. Si no tenemos prejuicios para unas cosas, no los tengamos para otras.
¿Cuál es el gran cuadro? Es una demostración del dominio de la tecnología de un artista de casi 75 años. 







lunes, 16 de enero de 2012

Una cosa lleva a la otra: las musas, y entre ellas, la musa de Julio Romero de Torres

"Con los ojos de misterio y el alma llena de pena", así son las mujeres de Julio Romero de Torres.


Hoy se ha conocido la noticia: el Museo Julio Romero de Torres, en Córdoba, reabre sus puertas después de un tiempo de restauración. Lo hará el 24 de enero, lo que permitirá al público disfrutar de un mejor sistema de iluminación, de accesibilidad además de poder contemplar los cambios en la fachada, que se sitúa en la plaza del Potro de Córdoba. Allí tenía su casa y su estudio Julio y allí posaba "India Brava", la musa más querida del pintor. 
María Teresa López, a la que cariñósamente su familia llamaba con ese nombre (aludiendo a lo inquieta que era), es  la mujer morena que protagonizó muchas obras de Romero de Torres, entre ellas la Chiquita Piconera o  Fuensanta , lienzo que adquirió el Banco de España en 1953 para la emisión de los billetes 100 pesetas, que se pusieron en circulación dos años más tarde, en 1955 y que se retiró en 1978. 
La Chiquita Piconera no tuvo una vida fácil ni un gran reconocimiento a pesar de encarnar el prototipo de mujer de Julio Romero de Torres , de asumir y  desprender el halo de femme fatal de la imaginería folclórica andaluza y de ser una figura influyente en la obra del pintor además, de la protagonista de nueve lienzos: Bendición de 1926, Ángeles de 1928, Carmen de 1928, Mujer de Córdoba de 1928, La Niña de la Jarra de 1928, Fuensanta de 1929, La Mantilla de 1929, La Chiquita Piconera de 1930 y La Monja de 1930 ( inacabado por la muerte de Romero de Torres el 10 de mayo de ese mismo año). 


Su historia ya es bastante conocida y, a la vez, desconocida aunque, a su muerte, en el año 2003 se le hizo el correspondiente Obituario. Este es un ejemplo:http://www.elpais.com/articulo/agenda/Lopez/_Maria_Teresa/Maria/Teresa/Lopez/musa/Julio/Romero/Torres/elpepigen/20030528elpepiage_8/Tes


Hay también un libro titulado La Mujer Morena cuya autora es Concha Calleja, a quien entrevisté cuando lo publicó en marzo de 2011. La conversación con ella me ayudó a viajar por la vida de La Mujer Morena y así,  hacer de su historia,  palabra y música en la radio, en las madrugadas de la Cope, cuando existía "A cielo abierto" y lo dirigía Juan Carlos Ramos. 


Entonces, hace casi un año, me fascinó y sobrecogió el descubrimiento de esta historia, convertida casi en leyenda ( a pesar de que algunos episodios están novelados) y me sorprendió el silencio en torno a ella en las clases de Historia del Arte en la facultad.  Ahora, casi un año después, es inevitable no recordar esta historia cuando leo, veo o pienso sobre la pintura de Julio Romero de Torres.
No queda duda de que fue su modelo más famosa. Así lo reconoció su hijo, Rafael Romero, en una carta  dirigida a María Teresa López en el año 1974. Tampoco queda duda de que fue la reina de las mujeres, la del bordado mantón, la de la alegre guitarra, la del clavel español. 
Y no lo digo yo, lo dice la copla del compositor cordobés, Carlos Castellano Gómez, de la que se han hecho infinitas versiones, la más popular la de Estrellita Castro. 




Hay también una canción escrita por Nicolás Miguel Castejón después de una noche de confesiones con su amigo Romero de Torres, que se refiere a María Teresa López, que se encuentra al inicio del libro La Mujer Morena de Concha Calleja y que empieza así: 

El pintor la respetaba
Lo mismo que algo sagrado
Y su pasión le ocultaba
Porque era un hombre casao.
Ella lo camelaba con alma y vía
Hechizá por la magia de su paleta
Y al igual que una llama se consumía
En aquella locura negra y secreta.
Y cuando de noche Córdoba dormía...
Y era como un llanto la fuente del Potro, 
Una voz decía:
¡Ay, chiquita piconera,
mi piconera chiquita!
Esa carita de cera
A mí el sentío me quita.
Te voy pintando, pintando
Ar laito de un brasero
Y a la vez me voy quemando
De lo mucho que te quiero.
[...]

"Con los ojos de misterio y el alma llena de pena", así son las mujeres de Julio Romero de Torres.







miércoles, 11 de enero de 2012

La electricidad como ideología

La vanguardia rusa fue más allá y en vez de "matar" el claro de Luna, "decapitó" al astro rey: el Sol. 
La ópera futurista La victoria sobre el Sol de 1913 con texto de Kruchiónij, prólogo de Jlébnikov, música de Matiúshin y decorados de Malévich, fue síntoma del radicalismo de las primeras vanguardias y el origen del suprematismo de Malévich. 



Si la aspiración de la vanguardia es representar la realidad mediante unas formas transgresoras y abrir una brecha y crear una alternativa a la tradición, es lógico pensar que el primer objetivo sea acabar con el sol. Lo primero por su asociación con Dios y lo segundo por ser el responsable de que los días sean como son y de la sucesión de las estaciones: atados a él queramos o no. Vencer al sol es, simbólicamente, matar al sol y dar paso a  la luz eléctrica: ya no hay que esperar sus ritmos para tener día o noche... de forma que el hombre es capaz de alterar el ritmo natural: la naturaleza ya no sigue su curso, ya no es reflejo de las órdenes divinas.


Desde este punto, el salto a la ideología es mínimo: una vez que la vanguardia artística se haya extrapolado a la política, ésta tomará elementos plásticos para crear un ideario. En este contexto hay que entender la frase de Lenin: "el comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país".  La electricidad fue la transformación ideológica e iconográfica de Rusia.  Hay que tener en cuenta que las condiciones intrínsecas de la electricidad se asemejan perfectamente a los elementos plásticos que buscaban ciertos movimientos de vanguardia como el futurismo o el rayonismo y que gracias a ella el mensaje soviético llegó - a través de la radio- a la vida cotidiana de millones de rusos a lo largo de un territorio de miles de millones de kilómetros cuadrados. 
Al final, derrocar a la luz natural para implantar la luz artificial es el intento de controlar todo, puesto que la electricidad ilumina todas las partes por igual. 
Se acabaron los individualismos. 


martes, 10 de enero de 2012

Aleksandr Deineka














Con ese nombre tiene que ser ruso... no hay duda. De la ciudad de Kursk, en los confines occidentales de Rusia, y a más de 500 kilómetros de Moscú. Deineka nace el 20 de mayo (según el calendario gregoriano que entró en vigor en el país soviético en 1918) del año 1899. 
Hay una buena muestra de él, de su contexto histórico y de sus colegas rusos, más conocidos, en la Fundación Juan March. Es una prueba de que en la periferia hay gratas sorpresas y de que durante mucho tiempo, entre los nombres que venían a Occidente, no estaba el suyo por ser uno de los artistas autorizados dentro del sistema estalinista. 


En los años 20 las naciones volvieron al orden. Arte como propaganda de un país, mostrando su seña de identidad y su poderío ante el mundo. 
Los carteles rusos no distan en intención al arte de cualquier régimen totalitario que se estaba fraguando en los 20's: Alemania e Italia.  Las imágenes que  nos muestran tienen la intención de unificar sentimientos, ideas y crear estereotipos mediante dos vías: la del trabajo en las fábricas y la del deporte.  En la primera hay pocos hombres que desempeñen labores, son fundamentalmente mujeres cuyos rostros expresan orgullo como si estuvieran pensando en la frase "el trabajo dignifica", y cuya anatomía es fuerte y robusta, comparable a las estatuas clásicas: imperecederas.  En la segunda vía, la del deporte, se muestra a esos atletas incansables y de salud de hierro. Su corpulenta fisonomía provoca admiración. 
Es obligatorio preguntarse: ¿Es esto el Realismo Socialista?, ¿todos los jóvenes rusos eran atletas de élite y todas las mujeres iban de buen humor a trabajar?, ¿seguro que las fábricas tenían buenas condiciones?. 
Sin duda es una imagen de ficción. La imagen de una nación que anhelaba superar a las potencias europeas y que creía (como todas) que en la máquina y los avances científicos estaba el progreso. Prueba de ello es la importancia de la electricidad: Deineka ilustró el cuento El electricista y pintó la inauguración de una central hidroeléctrica en los años 50's, obra que se puede ver en la muestra. Para insistir más en la importancia de este avance, el propio Lenin dijo: "el comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país". Las ideas triunfan cuando se interiorizan, y los gobernantes de las ciudades de masas lo sabían. 




Llaman la atención tres pinturas que hizo cuando viajó a Estados Unidos: parece el padre de Edward Hopper. ¡Cómo supo captar también la identidad del pueblo estadounidense con esa vista de una carretera! Estados Unidos es el país de las grandes distancias y para eso hay que desplazarse; la cultura del asfalto que ellos tienen es chocante en Europa.








 Al ver eso, piensas: si un ruso pudo hacer suyo un concepto tan norteamericano... ¿qué sentido tuvo la Guerra Fría? y al salir de la exposición afirmas: "La Tierra es la que nos hace, ¿Cómo va a ser igual un ruso que un cubano?" Las condiciones climáticas definen a los pueblos.

miércoles, 4 de enero de 2012

Aprender a mirar

Después de ver y ver (y sigo viendo) exposiciones, he llegado a la conclusión de que no sabemos mirar. Después de oir los comentarios de los visitantes, me he dado cuenta de que nadie nos ha enseñado a mirar. Está implícito en nuestra cultural dar por supuesto que el ojo es el sentido que prima sobre el resto y sin embargo, qué poco educado le tenemos... No le exigimos nada: ve o mira, pasa la información por el cerebro y habla a base de impulsos. Eso no puede ser, hay que mirar más allá...¿o es que lo que no se ve, no existe?.   Acostumbrar al ojo a mirar no es tarea fácil: es hacerle pensar y preguntarle por lo que está viendo. Claro, eso supone mantener los sentidos abiertos y la voluntad de aprender siempre dispuesta. Y teniendo en cuenta que no nos enseñan ni en la educación primaria, ni secundaria, ni en el bachillerato, ni en la carrera... pues la verdad, es que  después de tantos años siendo ignorantes en el ojo... es un verdadero reto comenzar a ser alumno autodidacta de educación visual.
No hay que desesperar... porque de forma natural llegará el momento que nos haga replantearnos lo que estamos viendo. Y si no, pues se hace un hábito, que es algo artificial (como tantas cosas que nos hacemos en el cuerpo) y que está también muy de moda. Igual que una dieta o un propósito de esos que apuntamos en la agenda con el nuevo año.
Propongo que por el bien del arte, de la sociedad y de nosotros mismo el propósito de este 2012 sea aprender a mirar. Un consejo: leer La Historia del Arte de Ernst Gombrich. En la introducción reflexiona a cerca de la exigencia que tenemos sobre el arte y los artistas para que su trabajo se adapte al modelo real, mientras que asumimos, toleramos e incluso, admiramos ciertos dibujos como el del ratón Mickey Mouse.
¿Desde cuando un roedor viste pantalones, guantes y zapatos?