lunes, 23 de abril de 2012

Visión, vista, ojo: Odilon Redon

 Enhorabuena a la Fundación Mapfre por la fantástica e importante exposición dedicada a este "simbolista". Aunque cueste creerlo, es la primera que se hace en España y la muestra no se la dedica uno de los grandes museos si no una Fundación.
Gracias a ella y 
El pólipo deforme llegaba por las riberas, cual suerte de cíclope
 sonriente y horrible
en colaboración del Musée de'Orsay (París),
 en Madrid se puede disfrutar
 (hasta el día 29 de abril)
 de esta destacable muestra 
que abre los ojos (nunca mejor dicho) hacía el precursor de muchas 
y tantas imágenes a las que nuestra vista está acostumbrada
 y que, al contrario de como se 
suele pensar, no son genuinas. 


Odilon Redon nació en Burdeos ( la ciudad donde Goya murió) en 1840 y murió en Paris en 1916. 
Esa coincidencia con Goya es más fuerte de lo que parece: el pintor español fue una gran influencia para él, sobre todo, las Pinturas Negras y los Caprichos.  
Odilon Redon era de la generación de los Impresionistas, de hecho nació el mismo año que Claude Monet, convivió con ellos pero sus temas siempre han caminado en paralelo y, es posible, que la figura del grupo impresionista ensombreciera la de Redon puesto que se ha mantenido oculto durante años, incluso en los programas universitarios. 


Fue una persona atraída por la imaginación y el subconsciente y, como decía antes, jugó un papel fundamental en el origen del arte moderno: el precursor, el padre, el visionario ... sin duda, el que, valga la metáfora, cogió una linterna y se metió a explorar un mundo, en esos momentos, impensable, es decir, inexistente para el arte. 


¡Qué curioso: unos 40 o 50 años años después nace el Surrealismo! 


Escena de la película Un perro andaluz de Buñuel. 


Visión Odilón Redon



Ese movimiento que cerraba los ojos para viajar al mundo interior y dar rienda suelta a los  instintos. Un mundo en el que la supremacía la tenía la vista.  El ojo de Un perro andaluz simbolizaba la vista arcaica, rancia que había que cortar: el punto de vista centralizado debía sustituirse por el periférico.  Es ese sentimiento de catarsis y lucha contra el pasado que ,de forma tan pasional y activista, proclamaban los manifiestos de vanguardia.


 Cuando los dibujos o las pinturas de Odilon Redon cerraban los ojos, inmediatamente, se ensimismaban, miraban hacía dentro con la consecuencia directa de echar a volar la imaginación. En ese mundo no hay límites sino mezclas. Estas tres obras de Redon pueden ser un ejemplo del sueño: se cierran los ojos y van apareciendo las imágenes del subconsciente:




                                       

Imágenes propias de la fantasía del mundo no real, de los sueños... donde afloran personajes que tienen que ver con la literatura de Shakespeare... 


Viendo esto, el espectador se da cuenta de lo poco que se ha avanzado en el mundo de la ilustración fantástica o en el género cinematográfico de la ciencia ficción... 
En Odilon Redon está el imaginario daliniano  y el método paranoíco-crítico: cuando era un niño, su padre le hacía ver en el cielo las formas cambiantes y la aparición de seres extraños. Es exactamente, el mismo "juego" de superposición de imágenes del que habla Dalí y por el que "institucionaliza" el método paranoíco-crítico: en las cosas más inofensivas y cotidianas, se esconde algo tormentoso e inquietante.  El ejemplo por excelencia es el "Mito trágico de El Angelus de Millet". 


La Araña sonriente de 1881, recuerda a la forma que adoptaría la madre de Louise Bourgeois
La Cocha a las formas orgánicas y esos cóncavos y convexos de Georgia O'Keeffe, que vienen de los surrealistas con esos temas "de lo blando y lo duro" . Influencia que no es de extrañar porque Odilon Redon participó en la Exposición Internacional de Arte Moderno  "Armory Show" que se celebró en 1913 en Nueva York y en la que estaba muy cerca el fotógrafo Alfred Stieglitz, con quien se casaría O'Keeffe. 

(La primera imagen corresponde a la obra Concha de Odilon Redon y la segunda a la obra Dos conchas de Georgia O'Keeffe)



Además de estas reminiscencias, la obra de Redon tiene puntos de conexión con los visionarios Fussli y Blake, con los prerrafaelitas o los simbolistas como Gustave Moreau, junto con quien a Redon se le ha metido en el cajón de "pintor simbolista".  Y sí, simbolista es, la distinción es que él hacía "simbolismo" cuando nadie lo pensaba, cuando a ese mundo no se le daba importancia ni cabida en las manifestaciones plásticas y cuando la moda eran los paisajes impresionistas y las vistas cotidianas de París. 

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